Conocerte fue un fuego
que incendió mi corazón;
de las sombras donde estaba
ya no queda nada.
Dio a luz esta zamba
la mañana en que te amé,
se abrió en mis entrañas
un sol que no apagaré.
Una chispa volcó en llamas;
tu mirada en mí estalla...
versos que hasta ahora nunca escribí,
sueños que me llevan a un mundo sin fin.
La luna enamorada
vio al lucero tras el sol,
de lejos lo celaba
a su inalcanzable amor.
¡Qué suerte la nuestra!
Estar juntos es realidad,
andar por los caminos
que nos funden en el mar.
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