Andanzas de un boleado

Hace tiempo que no escribo, 
que no como que no duermo, 
y que pienso en el suicidio, 
es que no puedo entenderlo... 
me flechaste y te escapaste, 
sin tu nombre me dejaste 
así nunca lo sabré.

Y pedí un taxi, te seguí, 
y así supe donde vivís.

Alquilé un depto. cerca, 
largavistas conseguí, 
para ver si así sabía 
cómo sos, cómo vivís. 
Inventé una estrategia 
para que te enamoraras 
de este iluso tonto que soy yo.

Me hice amigo del vecino, 
me hice amigo del kiosquero, 
y la despensa de la cuadra 
comencé a frecuentarla, 
todo por saber que hacías, 
si eras de otro o eras mía, 
y allí fue cuando te encontré.

Te seguí despacio, tropecé, 
y vos te esfumaste otra vez.

En el hospital decían, 
que una joven me traía flores, 
muchas flores cada día, 
y de bobo no creía. 
Soñé que me acariciaba, 
me cuidaba y me mimaba, 
pero nunca lo sabré.

Y salí a buscarte otra vez y no te hallé. 
Se mudó, decían; y lloré, y así supe que ya ni, 
pero nunca lo sabré.

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