Tus dones, tus armas

Suave pétalo de terciopelo 
que al rozar mis labios se eriza, 
y cual lija los lima.

Dardo seguro 
que atraviesa mi corazón, 
son tus susurros que acarician mi dolor.

Feroz metralla son tus pensamientos, 
cuando difieren de los míos, 
con una mirada los muestras 
y mis labios se callan.

Tal vez, tu arma más mortífera 
sea tu doliente silencio 
cuando te estorbo y no dices nada, 
callada sufres sin saber yo qué te pasa.

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